viernes, 19 de abril de 2013

THE SESSIONS

Una pequeña perla independiente americana que, al igual que la francesa Intocable, comparte protagonista minusválido, pero al que, como ya veremos, le inquietan otros temas un poco más "profundos".....


Mark O'Brien es un periodista y poeta que lleva postrado a una camilla desde que tenia 7 años, después de contraer la poliomelitis. Ahora con 38 años, y a raíz de un artículo que debe escribir sobre la sexualidad en personas minusválidas, contrata a una terapeuta sexual para que le ayude a desvirgarse.....

Hay veces que se juntan tres de los factores más importantes para que una película funcione: una buena dirección, un guión ingenioso plagado de bueas situaciones y diálogos, y unas interpretaciones sobresalientes. Y este es el caso de The Sessions dónde Ben Lewin firma dirección y libreto (curiosamente él tambien está afectado por la polio) y donde Helent Hunt (sobretodos los demás) y John Hawkes y William H. Macy (secundario de lujo donde aparezca) brillan con luz propia, con interpretaciones dignas de Oscar (y no exagero)

Se agradece que no sea la típica película que se centra en los problemas cotidianos de Mark (que aunque no se vean, seguro que los tiene), sino donde nos centramos claramente en el apartado sexual. Pero no de un manera gratuita, sino que se trata al sexo como un medio para sentirse mejor consigo mismo, y sobretodo para no incomodar a los demás, de todos los tabúes y represiones que sufre Mark, ya sea bien por su religión o por la educación familiar recibida. Más ingenioso todavía que su consejero en este tema sea el cura de su iglesia, dos personas que no han disfrutado nunca del sexo, una por incapacidad y otra por vocación, y que en consecuencia logran las escenas más cómicas de la películas.

Pero ojo, que no es una película puramente sexual. También se toca el apartado amoroso, sobretodo por la facilidad que tiene Mark en decir un "te quiero". Pero es ahí donde empatizamos con él totalmente, porque seamos sinceros, cuando alguien suelta tal afirmación, ¿quién no se ha sentido inseguro ante la respuesta a recibir?. Y lógicamente, donde hay amor, hay desamor. Y las ya sabidas y esperadas escenas de "lagrimilla". Pero que no son nada desfasadas como cabría esperar en este tipo de películas (en este punto tambien sorprende). Están muy bien rodadas y contenidas, a la vez que justificadas.


Por eso creo que ésta es una más que correcta película, rodada con muchísimo gusto, que no cae en el panfletismo de las dramamedias, ni en los biopics lagrimales. Simplemente se basa en un artículo real escrito por el protagonista, en un momento de su vida. No hay motivos para más






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